sábado, 19 de enero de 2013

¿Cómo me gustaría enseñar? Me gustaría que la enseñanza diese respuesta a necesidades reales, es decir, que los chicos salieran de las aulas aprendiendo cosas que les ayuden en su vida real y que les sirvan como herramientas con las cuáles poder desarrollar, de un modo autónomo, nuevos aprendizajes. Con este fin orientaría mi modo de enseñar.
Los resultados educativos junto a la visión, más bien negativa, que los alumnos tienen de la educación obliga a cambiar, entre otras cosas, la forma de afrontar las clases. A mí me gustaría, más que enseñar gramática y sintaxis, ayudar a usar bien la lengua, a escribir, a leer, a manejar el lenguaje. En lugar de obligar a nuestros alumnos a memorizar datos históricos sobre obras y autores literarios, ¿por qué no intentamos que nuestros estudiantes se interesen por la lectura? Creo que sería mucho más útil lograr que un chico lea que éste sea capaz de recordar, al menos temporalmente, las características de La Celestina.
Pero de poco sirven las expectativas del profesor si no consigue despertar el interés en sus alumnos. En este sentido se hace vital desarrollar técnicas didácticas orientadas a lograr la motivación en el aula.

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